Como en Guantánamo

Carta desde BerliM


Mi Mac recibió anoche, sin esperarlo (nunca lo hace, esperar gran cosa de internet) un correo electrónico. Dice así:

Hi bro dbenedicte
I have a successful career, great friends, and own my own home. My sex life was the only area where I was lacking
ddd Kosowski
http://www.slimsbbq.com/

Lo firmaba un tal flash234@ZeV-Berlin.de. E imagino que el tal flash234 no tiene nada mejor que hacer que preocuparse por las aristas de mi existencia sexual. Y mira que se lo agradezco. Un huevo. Gracias flash234. Donde quiera que te encuentres, engominado y repleto de colesterol. Allá, en la sombría portería del Kreutzberg donde te dedicas a hacer tiempo, zampándote un kebab tras otro, hasta el día en que tu puñetero e-bisnes te retire del todo a la suite de un 'todo incluido' en Pago-Pago. Eres un tío cojonudo, flash234. Un filántropo. Pero te hago saber, figura, que la próxima vez que decidas escribirme, prefiero que la cosa sea algo así:

Estimado David,

con el corazón encogido, inquieto, atribulado, confío en que la lectura de e-basura no haya consumido aún su aguante y me permitas usted, en un aventurado mohín de osadía, ofrecerle una historia, la mía, la de un turco triunfador en el Berlín de las oportunidades. De fondo, el entrechochar de platos; olores densos, eterna verdura coleando por los rincones de mi olfato. Con las canciones de mi tierra rebotando en el ruidoso dial de las vecinas, melodías que ahuyentan inspiraciones por doquier.

Mi nombre le dirá poco, también mi apellido, que padre ex ministro de Cultura o abuelo ensayista afamado nunca tuve. Que imagino, a estas alturas, al mío rodando por esas tortuosas autovías comarcales al volante de un camión más abultado que su delito pues, tras hacerla cuatro hijos (incluido el que teclea ahora), abandonó a sus costilla en pos de una nueva vida repleta de aventuras, vodka con tónica y la charla de las dulces filipinas rubias que abundan en los bares de carretera. En fin.

Madre es una la que tengo, callada y enferma, antaño portera de este bloque de viviendas. Y bien pudiera haber suplido tanta ausencia paternal, pero calla enmudecida desde aquel año de ruina y abandono familiar. Nada obliga a mamá a lididar con el presente o el futuro si ya el pasado le pesa enormemente. ¿Cómo podría yo describir su estado, su enfermedad? ¿Una psicótica? ¿Traumatizada? ¿Histérica? ¿O un triste caso? Diré en su defensa tan sólo que ya entrada en una fase terminal, se alimenta por un tubo conectado a una bolsa de líquido incoloro. Sus alegrías (y bien sabe Dios que han sido pocas, como usted comprenderá) hoy por hoy: una jeringuilla, una aguja, una o dos ampollas.

Resulta esperanzador el que, sabedora desde hace poco que su hijo es un atleta sexual, mamá comenzase a mostrar una leve mejoría (un tic en el ojo derecho que hasta a los propios médicos ha devuelto la confianza en este difícil caso). Poco a poco, ven una luz al final de camino.

Por la curación de una mujer perturbada, desahuciada por la psiquiatría moderna, le pido a usted que haga lo imposible y compre los productos milagrosos que desde aquí expendo. Sé que no nos conocemos ni me debe favor alguno pero supongo que, como todo el mundo, también debe usted tener madre y no hay hijo que no esté por la labor de ayudar a la suya. Yo sólo espero que mamá, al ver a su hijo regenerado, recupere el habla y hasta las ganas de seguir viviendo, luchando, trabajando entre las cuatro paredes de esta portería de barrio. Que no vaya a pensar en su delirio que todos sus seres queridos hemos nacido para acabar perdidos por el mundo tras un volante de Pegaso. Que al menos recobre este portal la alegría de antaño, sus cantos de portera oronda y maternal. Que no todo van a ser pena y es mi deseo que al menos eche un vistazo a mis productos, aunque sólo sea por la noble causa de salvar la vida a una enferma. ¿Cómo puede permitir nadie que un edificio quede así, como por arte de magia, sin la voz aflautada de su consabida portera? ¿Una familia sin su madre? Le agradezco de manera anticipada el hacerse partícipe de tanto desconsuelo y pesar.

Le saluda atentamente,
flash234